sábado, 19 de abril de 2008

Legado

Escribo estas palabras con la esperanza de que un día puedan llegar a ser leídas, intuyo lo que me espera en breve, pero no abrazaré ese futuro sin desvelar la verdad al mundo.

Por el momento, este oscuro y solitario lugar me sirve de refugio, pero cierto es que moriré y seré castigado de igual modo.

He de desvelar el secreto del llamado Dios, y al mismo tiempo el del Demonio. No, no he errado en mi escritura, era mi intención unir en una misma frase a esos dos personajes, si bien podría decir a ese personaje. No poseo el tiempo suficiente para explicar mis pruebas y fuentes al respecto, pero aún así intentaré explicarlo.


El mundo...¿qué sería de él si no existiera el bien y el mal? ¿A quien se culparía de las injusticias y penurias si no existiera el mal o un ser maligno? Para poder seguir adelante con sus planes, el que se hace llamar Dios de todo y siempre bondadoso con el que es bueno y honrado, decidió que necesitaba de una fuerza opuesta a ese bien y equilibrarlas creando el eterno pulso de la vida. Así pues, quien mejor que él mismo pero haciéndose llamar de otra forma para desempeñar esa tarea, y de paso se aseguraba el mantener esa relativa armonía a placer. No dudó en desempeñar el papel de maligno y luego cosechar los elogios por su papel bondadoso.


Ajeno a ello, un día fue descubierto y la verdad casi llegó a conocerse, pero al enterarse a tiempo, condenó a un inocente a una vida de calvario, y hoy, aquí me encuentro malherido y escondido, utilizando mis últimas fuerzas en escribir esta nota que dudo si será leída algún día, pero albergando esa esperanza, invierto mis últimos minutos de existencia en terminarla y esconderla en lugar seguir huyendo.

Creo que ya está cerca, dejaré de escribir para poder ocultarla antes de que me logre atrapar.

Para quien aprecie la verdad:

Uno más

Xerkes

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